Tiz, una fiel seguidora del blog me escribió hace algunas semanas. Me contaba que estaba muy emocionada porque hacía unos meses se había casado con Kiko, el amor de su vida y el blog le había ayudado mucho en su búsqueda de la boda perfecta. Sin duda, ella lo consiguió y le hacía mucha ilusión que su boda saliera publicada en el blog. Así que como vuestros deseos son órdenes, hoy en el blog os quiero mostrar la boda de Tiz & Kiko, quiénes el pasado 27 de agosto de 2016 se dieron el ¡Sí Quiero! en su ciudad, Valladolid. ¡No te pierdas la cantidad de detalles personalizados que pusieron en su boda Tiz & Kiko, bajo el sol de la Toscana!
Aunque el sábado 27 de agosto Tiz & Kiko celebraban su gran día, quisieron ser fieles a las costumbres y el día anterior a su boda realizaron cada uno con sus amigos, su despedida de solteros. Como manda la tradición, los novios no pueden dormir juntos la noche anterior, así que Tiz durmió en casa de sus padres con su adorado perro Willy y, Kiko, se alojó en el hotel donde se vestiría por la mañana, horas antes de pasar por el altar.
Tiz tiene una hermana gemela, que junto a ella y su cuñada le ayudaron a vestirse el día de su boda. El vestido fue un diseño que realizó la novia junto al diseñador nupcial Ernesto Terrón y estaba inspirado en el vestido de novia de Erica Pelosinni, en el que por supuesto se reflejaba la personalidad de Beatriz. Las sandalias fueron un maravilloso regalo de su mejor amiga y se las confeccionaron a medida en Keli&Salo, sin duda, un recuerdo para toda la vida. El tocado fue diseñado a juego con el ramo de novia, los ramitos de las damas de honor y el prendido del padrino. Todo elaborado con flores naturales por la floristería OriginalFlor que se trasladaron desde Barcelona para preparar toda la decoración floral de la boda, la cuál estuvo formada por olivos, lisantum blancos, lavanda, hortensias blancas, margaritas blancas y bojs. Todo ello acompañado de cestas de madera, mimbre y velas blancas, para que todos los invitados pudieran transportarse a la bonita Toscana.
Un anillo de oro con rubí de su abuela fue el ‘algo viejo’ que la novia escogió, ya que su abuela no pudo acompañarles por problemas de salud en un día tan especial, pero Tiz le prometió que lo llevaría en su honor para que estuviera allí con ellos. El ‘algo prestado’ corrió por cuenta de su cuñada, quién le prestó dos horquillas preciosas que lució la novia para recoger su cabello. Y el ‘algo azul’ fue un detalle muy íntimo, ya que la madre de Beatriz cosió en las braguitas de encaje un pequeño lazo azul.
El novio, Kiko, se vistió en el Hotel El Coloquio de los Perros, a escasos metros de la iglesia La Antigua donde pocas horas después daría el ¡Sí Quiero! Kiko lució un traje italiano negro confeccionado a medida junto con una camisa blanca. Lo acompañó con un chaleco en color plata con detalle de la época italiana de los gánsters y detalles en negro. Como anécdota Tiz me contaba que le había regalado unos calcetines de UO con un mensaje nupcial junto con una pulsera de la misma shop que también lució. ¡Súper divertidos! El día anterior Beatriz le dejó como sorpresa en el hotel un bonito reloj Daniel Wellington junto con una nota: ‘Te espero a las 13h, I love you!’
Las ilusiones van íntimamente relacionadas con las emociones y cada uno tiene las suyas propias. A Tiz le llenaba enormemente acudir a la iglesia en un Land Rover propiedad de su abuelo que su hermano restauró para el gran día. Nadie se esperaba que apareciera el día de su boda en un todoterreno, pero todo tenía una explicación y fue una escena muy emotiva para la novia. Aunque cuando llegó a la iglesia, hubo un pequeño percance y es que la madre de la novia se había dejado el ramo en casa y tuvieron que improvisar un ramo nupcial con los ramitos de las damitas de honor. ¡Quedó genial para dar el Sí Quiero a Kiko!
Una vez ya convertidos en marido y mujer, Tiz pasó por casa para darle un besazo a su querido Willy y para recuperar el ramo. A continuación se celebraba el banquete en su restaurante favorito, El Llantén, un sitio acogedor y familiar donde los novios pudieron personalizar todos los detalles de su boda soñada. Las mesas fueron colocadas en forma de U con mantelería y vajilla blanca y decoración floral de olivos y lisantum blanco. ¡Precioso! En cuanto al banquete también se decantaron por hacer un guiño a tierras italianas y a parte de poner un buffet con quesos, aceitunas, mermeladas y aceites que encantó a los comensales, el menú de la boda también fue inspirado en la Toscana.
Sin duda, me sorprendieron la cantidad de detalles personalizados que ellos mismos prepararon para el gran día: para mitigar el calor diseñaron un corner con borsalinos para los hombres y paipáis para las mujeres. También para ellas ofrecieron en la entrada cubretacones. A modo de libro de firmas elaboraron un tarrito de madera con corazones para que cada invitado pudiera dejar su mensaje personalizado. Y, como guiño a la gran cantidad de tatuajes que lleva el novio en su cuerpo, hubo un corner con tatuajes temporales… y un sinfín de detalles que puedes ver en las fotografías de su gran día.
¡Muchas felicidades pareja!
Fotografías Andrea Bruiz.