Año tras año soy más fan de las bodas de invierno. Cada vez son más las parejas que deciden dejar atrás el cálido verano para adentrarse en el invierno y poder dar el ¡Sí Quiero! rodeados de los encantos que nos ofrece esta estación del año. Bodas donde el calor de una chimenea puede ser la guinda del pastel… Bodas donde la fría nieve puede verse a través de los cristales… Bodas en las que las novias arriesgan y apuestan por vestidos de manga larga, abrigos de pelo, botines… Bodas en las que el novio se anima a vestir un traje diferente, distinto, un traje de terciopelo… Bodas donde la decoración nupcial no son peonías ni rosas, bodas invernales donde las rodajas de madera o la flor del algodón son las protagonistas y encajan a la perfección.
Hace algunas semanas tuve el placer de ser una de las invitadas a la inauguración que Masía Ribas hizo de su nuevo espacio: La Orangerie. Acudir a Masía Ribas siempre es un placer, ya que es un espacio maravilloso donde siempre me tratan como en casa. Para esta nueva temporada de invierno Elisabet y su equipo han apostado por crear un espacio ideal y acogedor para todas aquellas parejas que quieran casarse en los meses más fresquitos del año. De esta manera con La Orangerie, nos transportan a los antiguos invernaderos utilizados para preservar los árboles de naranjos y limones de las altas temperaturas, siendo la ubicación ideal para celebrar una boda hibernal rodeado de naturaleza y el confort gracias a su cerramiento acristalado, pudiéndose abrir completamente para bodas más primaverales. Desde las cenas más íntimas hasta las bodas más multitudinarias tienen cabida en este nuevo espacio situado a poquitos kilómetros de la Ciudad Condal, ya que La Orangerie tiene una capacidad desde 30 a 280 personas.
Como si de un cuento de hadas se tratara nos introdujimos en el mágico decorado de Velvet Romance. El romántico terciopelo fue el protagonista de una decoración de invierno donde cada detalle fue creado y pensado para la ocasión por el equipo de Cabinet Bleu & Bleu Events. Una escenografía ecléctica donde se mezclaron objetos de época con modernas piezas de diseño, eligiendo para esta ocasión una paleta de color donde destacaban verde, granate, arena y crema. Y donde pudimos degustar un brunch delicioso repleto de sabores mediterráneo a cargo del catering Art en Buff con la música de fondo del músico Mel Semé.
¿Habías pensado en ser una novia de invierno y celebrar tu boda en un lugar así?
Fotografías Raquel Benito.
