Esta semana retomo alguno de los desfiles que se me quedaron en el tintero de la Pasarela Barcelona Bridal Week 2016. La verdad es que estaría semanas si os tuviera que mostrar tooooodos los desfiles por eso siempre realizo una selección, esta semana me centraré en el diseñador Jordi Dalmau y en la firma catalana Pronovias. Jordi Dalmau desfiló tras las obras de arte de Matilde Cano pintadas bajo el nombre de ‘Botticelli’ que os enseñé la semana pasada, tras la dosis de Renacentismo, nos dejó sin palabras el cuento de princesas, brujas y príncipes que Dalmau nos comenzaba a contar. 

La cabeza de Jordi Dalmau va a mil por hora, de hecho creo que es diferente al resto de mortales. Sus ideas nupciales siempre van más allá que vestir a la novia y sea su día más especial, si no que quiere que se vea guapa, sexy, atractiva… pero que sorprenda a todos sus invitados con vestidos super puestos o dobles faldas y aporte un toque de color al día más especial de su vida. Aunque no quiero que penséis que sólo hace vestidos rosas, rojos, dorados o verdes, también dispone de una línea con vestido de novia blancos para las que quieren arriesgar con un Dalmau pero sin pasarse de color. 

Con ‘Hechizo’ su nueva colección nupcial para el próximo 2016,  nos sumergimos en los cuentos de hadas y nos propone una atrevida gama visual de colores y una formalización inimitable en corsés ajustados, elegantes vestidos que van de largo a corto y viceversa, y complementos como el chaleco que dan un toque más informal al look de la novia hechizada por ese aire de fantasía. 

Los materiales utilizados esta temporada van de las sedas naturales a los mikados, transparencias, encajes y brocados. Como novedad, muchos de los diseños se completan con detalles bordados de pedrería que se unen a lazadas inacabadas, aunque el contraste lo siguen aportando las múltiples sobrefaldas de ‘quita y pon’, seña de identidad de la firma desde sus incios. 

‘Hechizo’ 

‘ La bruja siempre había amado al príncipe, y éste, lejos de corresponderle, la miraba con desprecio, distante, pues no entendía ni su espíritu ni su mente. La creía fría, gris e impasible, como si no fuera humana. Ella no está dispuesta a pasar inadvertida y desaparecer como si nunca hubiera existido. Lejos quedaban ya aquellas noches eternas de angustia en las que se preguntaba cómo ganarse su amor. Así que, perdida ya toda esperanza, la brija decidió castigar al príncipe por su arrogancia y desdén.

Demostró que no era imposible dejándose llevar por su pasión y convirtiéndolo en un gigantesco dragón, le hizo ver que no era gris llenando sus escamas de colores para que no pudiera esconderse y le convenció de que no era fría creando un ardiente fuego en su interior. 

Y, fue entonces, por algún extraño giro del destino, que tras su transformación, el príncipe vio a la bruja con otros ojos, la vio humana, frágil a la vez que fuerte y empezó a amarla. La envolvió con sus enormes alas y como fruto de esa unión nació el HECHIZO de una nueva y bella como distinta criatura.’