Cada boda es un mundo, porque cada pareja es diferente de otra. Yo siempre digo que quizás te puede gustar una boda que ves en un blog o en una revista o la boda de tu amiga, pero… ¿tú eres igual igual que esos novios del blog, de la revista o de tu amiga? No, así que cada uno tiene que pensar que detalles de su personalidad, de su día a día, de sus aficiones pueden hacer que esa boda sea especial. 

David y Anna así lo hicieron, querían una boda íntima e informal entre amigos, sin protocolos y con libertad para hacer lo que realmente les gustara. Su boda se celebró en una serrería en Cataluña un día soleado de otoño de 2013, como podéis comprobar los colores de los campos, los troncos y de la naturaleza en general conjuntaban con su decoración low cost a base de botellas decoradas, flores silvestres, banderines de tela… Tengo que confesar que me ha robado el corazón el porta-alianzas por sencillo, barato y fácil de conseguir, ya que con un simple tronquito y una tira de tela… voilà! Y queda precioso.

Anna escogió un precioso vestido de Otaduy ajustadito al cuerpo, con un ligero crop top bordado y superpuesto que le daba un toque femenino y sensual, donde las botas camperas aportaban el toque más transgresor.  Se decantó por una trenza junto con una coronita de flores de donde salía el velo, un conjunto realmente especial. 

La cerveza fue una invitada más a esta fiesta del amor, donde todos disfrutaron en un entorno maravilloso, unos campos abiertos, una decoración sencilla pero acogedora y… unos novios informales y cómplices con una gran dosis de personalidad. Os aseguro que si mi hermana se casa alguna vez en su vida… ¡la cerveza estará invitada antes que yo!