La semana pasada os mostraba un preboda muy campestre en pleno bosque que nos enviaron unos seguidores del blog: Sandra & Gus, hoy tengo el placer de enseñaros su boda. Una boda donde se mezclaron sus raíces asturianas, con  su pasión por todo lo americano (porque se prometieron en Nueva York y les encanta ese país). 

Los novios tenían muy claro que querían una boda hecha a mano, una boda donde cada uno de los detalles tuviera una historia detrás porque ellos habían colaborado activamente en su elaboración, así que toda la decoración corrió a su cargo. Fueron largas jornadas maratonianas haciendo pompones de colores, señales indicativas, las cajas de los anillos y de las arras, banderines, la fecha de la boda…  y un sinfín de cosas más que podéis ir viendo en las fotografías que os mostraré en el post de hoy. 

Sandra & Gus decidieron que quienes les acompañarían al altar serían sus madres, por desgracia, ninguno de los dos podían contar con sus padres en ese día, pero no quisieron olvidarse de ellos ni un segundito. Asi que Sandra cogió un jersey azul de su padre y pidió en Pronovias que le cosieran un corazón por dentro del vestido a la altura de su corazón para tenerlo bien cerca. 

A la salida de la iglesia hubo un tambor y una gaita que tocaron ‘Asturias Patria Querida’ para dar la enhorabuena a la pareja recién casada, un Cadillac descapotable con pompones de colores les esperaba a la salida para llevarles al restaurante donde miles de detalles les esperaban a todos. 

Uno de los que más me ha llamado la atención ha sido el regalo que hicieron a los invitados, ya que les regalaron un décimo de lotería donde el número era la fecha de boda, ¿les habrá traído suerte?

Después de ver su preboda y su boda… seguro que os quedáis con las ganas de ver su postboda, ¿verdad? ¿Cuál pensáis que fue el escenario escogido?