Hay bodas que parecen un auténtico cuento de hadas. Y no sólo por aquello de la bella princesa y el apuesto príncipe, sino por todo lo que las rodea y las bonitas historias de amor que hay detrás. La boda de Elisabet y Robert sería el ejemplo perfecto de esto. Sonrisas furtivas. Lágrimas de felicidad. Emoción a flor de piel. Miradas de complicidad. Besos de amor. Caricias delicadas. Empatía. Así fue la boda romántica celebrada en un palacete catalán de Elisabet & Robert y fotografiada por Eric Parey Fotografía que hoy te descubro en el blog. ¡No te la pierdas!
En la iglesia de un pequeño pueblo tarraconense del Baix Penedés, Bellvei, Elisabet & Robert decidieron darse el ¡Sí Quiero! Hacía muchos años que no había un enlace entre los habitantes de aquella villa, la expectación era máxima y muchos de sus vecinos salieron a las calles para no perderse el acontecimiento. Las amigas de Elisabet hicieron realidad un sueño con el que desde niña había soñado y un precioso coche de caballos recogió por sorpresa a la novia emocionándola por completo. En el momento de la salida todos se deleitaron con el maravilloso vestido de novias de la firma catalana Pronovias que lucía, con un increíble y espectacular escote en la espalda que le aportaba un toque de sensualidad y romanticismo. Un delicado peinado realizado con diversas trenzas dejaba ver la obra de arte de su vestido, que junto con el velo y un ramo en tonos rosados daba paso a un total look nupcial ideal.
Y como todas las historias de amor, al menos las más bellas, el banquete debía celebrarse en un enclave que estuviera a la altura del gran día. Heretat Sabartés, una casa palacio del S. XVIII rodeado de viñedos, ubicado en pleno corazón del Penedés fue la escogida (Banyeres del Penedés) fue la escogida para celebrar el banquete de su boda. Una finca rodeada de 25 hectáreas de viña donde se elaboran los más exquisitos y reconocidos vinos y cavas Sumarroca-Sabartés. Y donde pudieron disfrutar de sus familiares y amigos hasta altas horas de la madrugada.
Elisabet & Robert sabían que al día siguiente todo eso sería un recuerdo, por eso escogieron los servicios de Eric Parey Fotografía. Sin duda, un fotógrafo que sorprende por su manera de entender el oficio. Él lo llama fotografía con empatía, porque está convencido de que las fotos bonitas no son suficientes. Él busca que las sensaciones de los novios sean también increíbles cuando están frente a él. Preocupándose por ellos, cuidándolos, mimándolos, siempre encuentra momentos especiales, auténticos, únicos, irrepetibles y delicados que son dignos de guardarse como recuerdo toda la vida. Sus fotografías reflejan las verdaderas emociones de los novios, no un posado falso, una fotografía típica o una sonrisa fingida. Sin duda, la complicidad entre fotógrafo y los novios es primordial así que, entre otras muchas cosas, siempre incluye en sus reportajes la sesión preboda, para de esta manera romper el hielo y estar más desinhibidos el día de vuestra boda. En este caso Elisabet & Robert quedaron tan contentos con el resultado que se animaron también con las fotografías de su postboda más divertido y motero.
Como punto muy positivo te contaré que Eric Parey Fotografía ofrece también en sus servicios la asesoría de imagen, donde una asesora-estilista colabora con él para ayudar a la novia a resolver sus dudas sobre la elección del vestido, del peinado y maquillaje y todo aquello que pueda presentarte algunas dudas antes del gran día. Y el mismo día de la boda será quién se encargue de maquillar y peinar a la novia, pudiéndose sentir relajada y tranquila apostando por los servicios de alguien de confianza.
‘Siempre he considerado que las bodas son fiestas privadas, celebraciones familiares, íntimas, a las que sólo deberían asistir las personas que son importantes para los novios.
En una boda, el fotógrafo es ese profesional que tiene carta blanca para meterse en todas partes. Él puede verte llorando, riendo y pasándotelo tan bien que se te olvida que alguien está haciendo fotos todo el tiempo.
Él puede escuchar las palabras emocionadas de tus amigos del alma y enterarse de cosas que hasta ese momento sólo sabías tú. El fotógrafo es el profesional que más tiempo va a pasar con vosotros ese día.
A mi eso me produce un profundo respeto. Por eso hace tiempo que decidí no ser nunca un extraño para los novios. Y esto cambió mi manera de entender la fotografía de bodas. Mi trabajo empieza mucho antes de la boda. Desde el primer minuto, cuando los novios deciden que sea yo quien haga su reportaje, empieza una relación muy especial, cercana, de confianza. Quiero ser un invitado más en su boda, quiero ser un aliado de los novios, su cómplice. Les ofrezco mucho más que fotografías, les ofrezco mi empatía. Mi lema es precisamente “fotografía con empatía”. Mi fotografía refleja la verdad porque nunca hago posar a los novios.’ nos explica Eric Parey.
¿Buscas que tus fotografías nupciales tengan empatía? ¡Eric Parey Fotografía te enamorará!