Son tres años ya los que llevo con el blog y los que me seguís desde el principio sabéis que uno de mis diseñadores de cabecera es Jordi Dalmau, quizás no es muy conocido o no le están dando el reconocimiento que se merecería pero a mí me encanta. Me encanta su estilo, su manera de ver el cuerpo de la mujer, las curvas femeninas, las mezclas de texturas, esa manera suya de sorprender con cada modelo porque sus vestidos son convertibles en dos e, incluso, a veces en tres modelos diferentes. Sí, lo reconozco me chifla y, más aún, cuando lo conoces en persona. Es encantador, cercano, simpático, amigable… y tiene una pedazo de mujer detrás con la que se complementa a la perfección. Nuestra amistad surgió como algo espontáneo, una locura de esas que me dan a mí a veces y… gracias a eso le conocí e hicimos un reportaje fotográfico precioso con alguno de sus vestidos nupciales y a la inestimable ayuda de Joan Tudó Photographer, me quedó un recuerdo tan bueno de aquel día, que repetiría una y mil veces más.

Durante estos tres años siempre he acudido a su desfile en la Pasarela Bridal Week, su desfile se caracteriza por ser diferente, transgresor, divertido, emocionante, en resumen, que no deja a nadie indiferente. Buenas o malas críticas pero… siempre consigue que se hable de él. Creo que dar un toque distinto, aportar vitalidad, diversión es primordial porque… ¿una boda no es la fiesta del amor? Jordi Dalmau está claro que lo consigue y durante los 20 minutos aproximadamente que dura su desfile estás en un mundo de locura, de espontaneidad y de cuento. Siempre nos hemos hecho la foto de rigor, sonriendo, contentos, felices y con el dedo en alto para que el desfile saliera fantásticamente (desfile 2013, desfile 2014). Por desgracia, este año no pudo ser así, el trabajo manda y fue imposible que me escapara a esas horas, es lo que tiene ser pobre y tener que trabajar. Pero la foto de rigor no faltó, fui el día de antes a visitarle, a echarnos unas risas y a desearle mucha suerte. 

Este año presentó la Colección Euphoria, donde Jordi Dalmau apuesta por una colección amable, vistosa y llena de luz y color. Todo esto lo consigue recordando tiempos pasados (siglo XIX) y creando una simbiosis entre la parte más canallesca con diseños atrevidos y colores poco convencionales para novias, con la parte más estilo, sobria y elegante.

Este año apuesta más por el blanco en novia, más propio de su Colección Tul Tul dedicada íntegra al blanco, pero combina este color con dorados, empolvados y amarillos, simbolizando de esta manera el color de la amistad y de la alegría. Eso sí, como siempre pasa en sus desfiles, jamás deja de lado sus azules, verdes, rojos o granates. 

Este año apuesta por transparencias imposibles, escotes de vértigo, faldas y shorts extra cortos y, como es característico en él corpiños que, os digo por experiencia, estilizan muchísimo el cuerpo de la mujer. Tules, chantillyes, encajes de calais o guipures son algunos de los tejidos escogidos para Euphoria, como no es de extrañar no podían faltar sus sobrefaldas y con acumulación de tejido en la parte posterior. Este año añade cremalleras Swarovski y abrigos que se adaptan al cuerpo de la novia como una segunda piel. 

Os aseguro que tras ver el desfile he decidido que en otra vida quiero ser modelo para poder desfilar para él con sus vestidos y pasármelo tan bien en la pasarela. 

¿Qué os ha parecido la Colección Euphoria de Jordi Dalmau? 

Imágenes Bcn Bridal Week.