Años atrás cuando te quedabas embarazada antes de casarte era un sacrilegio y, poco más, que el señor te iba a castigar con los mil males. Parece que el de ahí arriba ha rebajado su castigo y ahora son muchas las mujeres que deciden tener el bebé y casarse en otro momento.

Hace poco que mi mejor amiga me comunicó que estaba embarazada. Es mi mejor amiga desde que íbamos a BUP y, aunque somos totalmente contrarias en casi todo, nos llevamos de maravilla. Ella aguanta mis locuras transitorias con el blog y yo escucho con atención todos sus proyectos de vida. 

Es tan importante para mí que quise que fuera mi Padrina el día de mi boda («El Padrí»: tradición catalana, donde el mejor amigo de la novia o un familiar cercano, siempre hombre, recita el verso y regala el ramo a la novia), escribió un verso y una prosa preciosos que me leyó justo después de regalarme un ramo de novia espectacular.

Como os podéis imaginar, yo loca que estoy con esto del blog de bodas… Me faltó tiempo para verla vestida de blanco y con su minibombo hacia el altar. 

Aunque creo que me adelanté bastante en el tiempo… Confieso que me encantaría verla de esa guisa, pero sé que será imposible. Ella es cómoda, útil, informal, práctica y… sé que si algún día tuviera que ir a su boda, el dress code sería: camiseta, tejanos y Converse.