Hace mucho que no tengo una boda como invitada, ya os he dicho en alguna ocasión que mis amigas casaderas odian las bodas y mi hermana, más de lo mismo, así que tengo complicado poder ponerme un vestido bien bonito. Da igual, yo me hago a la idea de que tengo boda a la vista y, la verdad es que desde hace unos días me ha entrado una obsesión tremenda: Quiero un vestido amarillo. No soy nada supersticiosa y el color amarillo ha sido uno de mis preferidos toda la vida. El otro día me entró el antojo de tener un vestido amarillo, como no tengo bodas tendré que conformarme con un vestido normal, nada de fiesta o, quién sabe quizás para algún evento. Buscando fotos de...
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