Al cabo de la semana recibo muchos mails de seguidoras que me cuentan cómo fueron sus bodas, en lo que se inspiraron del blog, las ideas que plasmaron es su día… y reconozco que me encanta leer esos mails llenos de alegría y emoción. Algunas de ellas se atreven un poquito más y me envían fotografías de su gran día y, os confieso, que eso me chifla, ya que me pierdo por esas imágenes preciosas y veo algunas propuestas de Quiero una boda perfecta. 

Una de estas seguidoras fue Cristina, quién me escribió un mail precioso declarándose fan y contándome algunos de los detalles más bonitos de su boda. Así que estaba dispuesta a publicar su boda cuando, vi a Beltrán, su bulldog francés tan precioso y me enamoró por completo.

Os contaré algunos de los secretos de esta boda inspirada en un cuento de ninfas y hadas del bosque… El vestido de la novia fue hecho a medida por una antigua modista de la firma Navascues, fue elaborado en gasa y piel de ángel, todo en seda 100%. El fajín que lucía ella estaba bordado a mano incluyendo en él más de mil perlas y entre lasa mangas y el escote de la espalda sumaban más de 35 botones antiguos recuperados y forrados a mano. ¡Toda una obra de arte! Ella se decidió por unos zapatos de novia Jimmy Choo en color espejo que cambió a la hora del baile por unas cuñas en color nude de Louboutin. El tocado tan precioso que lució fue diseñado exclusivamente para ella por LaLiBlue. 

El enlace se celebró en una preciosa finca en Rascafría, con más de 12 hectáreas de paraje protegido y con unas vistas impresionantes a Peñalara. Alquilaron la casa todo el fin de semana y así pudieron estar relajados y compartiendo muchos momentos junto a sus familiares.  Para el banquete escogieron un cocktail copioso, donde amenizaron la velada con showcooking de más de dos horas. El plato principal fue el arroz con bogavante y tras él un sorbete de mandarina.